Brigitte Niedermair |
Si tú ves a mi hombre
acaricia dulcemente su frente
es allí donde vive su alto pensamiento.
Si tú ves a mi hombre
húndele el cuchillo en el corazón
y hazle salir el coágulo de sangre
de la mujer que lo ha engañado.
Si tú encuentras a mi hombre
mójale dulcemente los labios,
tiene sed desde hace mucho tiempo.
Pero si tú ves a mi hombre
tiéndete dulcemente a su lado
es un hombre que sabe amar.
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