lunes, 30 de septiembre de 2013

Españoles / México recibe a los nuevos gachupines


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De izquierda a derecha y de arriba abajo, en la Avenida Insurgentes de Ciudad de México: Lorenzo Baladrón, Rafael Avalos, Toni Marí, Alejandro Santos, Almudena Barragán, Claudia Munaiz, Guadalupe Díaz, Cristina Cabrero y Sandra Durán. / PRADIP J. PHANSE

México recibe a los nuevos ‘gachupines’

EXPATRIADOS POR LA CRISIS

La crisis provoca la tercera gran ola migratoria española al país azteca

La mayoría son profesionales con perfil técnico y experiencia laboral previa




Desde que comenzó la crisis en España, y cada vez con mayor frecuencia, no es extraño encontrar las terrazas de los bares de la capital de México repletas de españoles que piden cañas en vez de chelas o el montadito de Ibérico en lugar del taco con guacamole. En barrios como el de la Condesa del Distrito Federal ya no es llamativo escuchar a alguien hablando de “coger” el metro. “En los restaurantes y en la calle se escucha mucho acento español”, dice Alejandro Santos, un gallego que vivió en México entre 2009 y 2010 como becario de la Cámara de Comercio de A Coruña y que este año ha vuelto para trabajar. “Cuando llegué, en 2009, nos conocíamos todos, ahora te pierdes”, asegura.
Su presencia se deja notar en las actividades más cotidianas. En Pilates Condesa, un centro deportivo situado en este mismo barrio burgués de la capital mexicana, su coordinadora, Elena Morales, afirma que en lo que va de año el incremento de alumnos españoles se ha duplicado. Lo mismo percibe Guadalupe Díaz (31 años), fundadora de DDS México, una empresa dedicada a facilitar la instalación a expatriados. “Para ampliar mi cartera de clientes antes tenía que salir a buscarlos. Asisto a eventos, voy a embajadas… Últimamente, con irme a una cafetería de Polanco me voy con tres o cuatro contactos”, comenta.
No hay cifra oficial del número de jóvenes españoles que han llegado a México desde el inicio de la crisis porque muchos entran como turistas. Pero el incremento en el número de entradas puede verse en los datos parciales. Según la Secretaría de Gobernación, 7.630 españoles han conseguido un permiso de trabajo (FM3) en México por primera vez en los últimos cuatro años. Y el Instituto Nacional de Estadistica (INE) recoge que, de enero a octubre, habían salido de España 54.912 nacionales, un 21,6% más que en el mismo período del año anterior. El INE contabilizaba a 1 de enero un total de 17.956 jóvenes de 20 a 34 años viviendo en México, cuando hace cuatro años la cifra era de 11.258.
“Al ser una economía emergente y en crecimiento (aunque lento) y tener un mercado enorme, hay múltiples motivaciones para autoemplearte con creatividad y empeño. Eso ahora en España, por muchas ganas que tengas, es muy complicado”, apunta Cristina Cabrero, de 40 años, que trabaja en el equipo de prensa de la Consejería de Información de la Embajada de España en México.

La opinión generalizada es que este país da más oportunidades
Para Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta constituye “sin duda” una tercera oleada de inmigrantes españoles, después de las sucedidas a finales del siglo XIX y tras la Guerra Civil, en 1939. “Se trata, eso sí, de una inmigración con características absolutamente distintas a las anteriores debido al cambio en las interacciones que se dan ahora entre los países como resultado de la globalización. En este sentido, una parte importante del nuevo flujo de inmigrantes es resultado de las conexiones españolas con las empresas mexicanas, a través de la importación de productos de consumo popular como puede ser el comercio textil”. Para Welti, la cualificación de los jóvenes españoles que van hacia América —“fundamentalmente a Panamá, México y Brasil”— es menor que la de aquellos que se dirigen hacia otros países de la UE. “Cuando llegan, la labor de los españoles se orienta hacia el sector servicios” —comercio y turismo en muchos casos—.

“Exótico es volver por Navidad”

ANTONIO SABATER Director creativo
Antonio Sabater, 34 años, trabaja desde marzo de 2011 como director creativo de Enova México, una empresa social para el acceso a las tecnologías en comunidades de bajos ingresos. Estudió diseño y aquitectura y ya había vivido fuera de España (Dubai y Bahrain). Tuvo una oferta de trabajo en México. “Llevaba casi dos años en Oriente medio y decidí cambiar de aires. España no era el lugar debido a la crisis y ya estaba en la dinámica de trabajar fuera de Europa”. Se ha adaptado totalmente a partir del segundo mes. “Ayuda el idioma, la amabilidad de la gente, la belleza del país, la historia compartida...”.
Ha notado la llegada de paisanos. “Contactas con grupos de españoles y siempre aparece alguien en búsqueda de trabajo. Entre todos, intentamos echarles una mano”. Su recomendación: “Primero que intenten venir con trabajo, porque es duro el proceso de búsqueda en un país extranjero. Que tengan paciencia con los procesos burocráticos. A veces las cosas no funcionan. Por lo demás, que disfruten de un país maravilloso: se come realmente bien, los viajes pueden llegar a ser mágicos y las oportunidades están a la vuelta de la esquina”. Él, por lo pronto, no vuelve a España. "De momento no tengo intención de volver excepto para ver a la familia, cosa que me gustaría poder hacer con mayor regularidad. Para mí, lo exótico es volver a casa en Navidades”.
¿Qué lleva a los españoles a México? En el contexto de crisis actual, con la recesión azotando a las economías desarrolladas y el ascenso de los países emergentes, el Fondo Monetario internacional prevé que México se convertirta, antes de 2017,, en la primera economía de habla hispana. El hecho de ser, junto con Brasil, una de las potencias pujantes de América Latina, así como la proximidad lingüística o una tasa de paro de apenas el 5% —aunque el empleo informal ronda el 30%—, hacen de este un destino atractivo para los jóvenes que buscan trabajo. Según los datos del Eurostat, en octubre de este año la tasa de desempleo juvenil en España se situó en el 55,9%, la segunda más alta de toda la eurozona, por detrás de Grecia, con un 57%.
“Después de acabar un posgrado en la universidad tuve la oportunidad de hacer prácticas en un periódico mexicano durante tres meses. En España llevaba meses buscando algún trabajo remunerado y era imposible que la combinación de prácticas, periodismo y salario fueran compatibles más allá de los 300 euros, así que hice la maleta”, cuenta Almudena Barragán, periodista madrileña de 24 años instalada en el DF desde hace ocho meses.
La opinión generalizada es que México da más oportunidades. Lo dice Sandra Durán, interiorista madrileña de 40 años, que no trabajaba de lo suyo en su país de origen pero que ahora ha montado una empresa con un socio local. “Definitivamente sí, en México hay trabajo”, dice. Lo corrobora Lorenzo Baladrón, coordinador de Gestión Financiera del programa Escuelas de Calidad en la Secretaría de Educación Pública de México, de 36 años. “Tanteando el mercado no solo encuentras más oportunidades laborales sino de mayor responsabilidad, peso y proyección. En México se valora mucho la formación de calidad así como el hecho de tener experiencia internacional, idiomas, etcétera”, señala. Toni Marí, periodista valenciano de 36 años, llegó en septiembre al quedarse sin trabajo en España y en diciembre empezó en su nuevo puesto. “En casi tres meses he tenido más entrevistas en México que en dos años en España”. Alejandro Santos, que se marchó en 2010, se suma: “Las empresas tienen más margen de crecimiento, lo que se refleja en rápidas promociones y más responsabilidades para el empleado. Además, si llegas con una empresa española, como es mi caso, eres la persona de confianza”, dice.

En casi tres meses he tenido más entrevistas que en dos años en España
Toni Martí,  periodista valenciano
Sin embargo, no todo es color de rosa. Barragán tardó tres meses en encontrar un nuevo trabajo. “La imagen que a veces se da de América Latina es que en cuanto pones un pie en ella te llueven las ofertas de trabajo y no es así. Hay que moverse y buscar... el sueño latinoamericano es complicado de lograr. La ventaja que sigue existiendo, por lo menos en México, es que todavía se crean puestos de trabajo”, señala.
Para los extranjeros hay un antes y un después desde el mes de noviembre. “El día 10 entraron en funcionamiento los cambios en la ley de migración que hacen necesarios más trámites para obtener el permiso de trabajo en México”, explica el abogado Omar Fesh. “Antes de esa fecha lo habitual era que el extranjero ingresase como turista y una vez en territorio nacional constituyese una sociedad o fuese contratado por una empresa, con lo que, sin salir de México, podía solicitar al Instituto Nacional de Migración el permiso. Ahora, el que entra como turista y desea realizar una tarea lucrativa debe, después de constituir la sociedad, inscribirla en Migración, salir del país y solicitar desde el consulado la internación. Una vez obtenido el visado regresa a México y ya dentro del país cambia su fórmula migratoria obteniendo el permiso de trabajo”. Estas modificaciones han provocado un retraso en el proceso de dos meses.

“Tardé un mes en lograr trabajo”

ANA PASCUAL. Gestora de proyectos
Ana Pascual, de 29 años, estudió Comunicación Audiovisual y llegó a México hace cuatro años, a finales de 2008. “Al terminar la carrera y empezar a trabajar, quise tener la experiencia de vivir en otros países. Ya había vivido en el extranjero, en Italia, gracias a la beca Erasmus, pero quería hacerlo también trabajando. Fue entonces cuando oí hablar de las becas que da el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) para la Internacionalización de la empresa. Aproveché esa oportunidad y mi destino fue México. Una vez aquí las oportunidades se han ido enlazando”. “He buscado trabajo dos veces y la vez que más tardé fue un mes. De todas formas, requiere tiempo encontrar uno bueno ya que el mercado de trabajo se mueve sobre todo por contactos”, precisa.
Guadalupe Díaz, de GDS México, ha percibido también el endurecimiento de las condiciones para muchos expatriados, que siempre habían sido trabajadores privilegiados. “Antes venían con un mínimo de 30 días de vacaciones, coche, piso pagado, dos vuelos a España…”, recuerda. Conoce alguna empresa que le ha dado un ultimátum a decenas de empleados: “O a México o a la calle”. También percibe que la valoración del trabajador español ha caído. “Antes éramos especialistas, daba igual en lo que trabajases. Ahora tengo la sensación de que de aquí a no mucho tiempo, habrá más mileuristas”.
El consejero comercial de la Embajada de España en México, Francisco J. Garzón Morales, explica que la práctica totalidad de las personas que reciben en su departamento son graduadas superiores. La oficina se encarga de orientar a las empresas a la hora de dar sus primeros pasos en México. “En general, los que vienen suelen tener una experiencia previa en España. Son personas de perfil técnico, como ingenieros, arquitectos o economistas”. El tipo de compañía varía y los motivos para instalarse en México también son diferentes. “Lo normal es que su llegada al país constituya un paso más dentro del proceso de crecimiento natural, pero sí es cierto que cada vez se ven más empresas que no vienen a internacionalizarse, sino que no les queda más remedio, porque en España no hay trabajo. Todavía son las menos, pero cada vez hay más”. Garzón Morales considera que en México hay un nicho de mercado para determinadas empresas españolas, como las relacionadas con el ámbito de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) o el mundo de la construcción.
“Cada vez hay más gente, conocidos o no (por ejemplo a través de Linkedin) que me preguntan por trabajo en México”, asegura Lorenzo. Entre los que van y los que vienen, han sido muy comentadas las palabras de la secretaría general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, que aseguró que los jóvenes emigran por “impulso aventurero”. “Con más del 50% de paro juvenil en España el crecimiento personal, profesional y laboral está a 10.000 kilómetros de casa. La mayoría de mis amigos ha emigrado como yo, y muchos de los que siguen en España han terminado su licenciatura y tienen que falsear su currículo para poder trabajar de dependientes o camareros después de no haber encontrado nada de lo suyo. Somos una generación de nuevos emigrantes. Emigrantes 2.0 con Skype, tarjeta de crédito y móvil 3G, pero emigrantes a fin de cuentas”, opina Barragán. “A la señora Del Corral le diría que más de un trabajador cualificado (joven o no) preferiría mil veces más vivir la aventura en su tierra, con su gente. Si no, que se lo pregunten a nuestras familias”, dice Claudia Munaiz, periodista de 36 años que lleva dos en la capital mexicana. “Una aventura se corre por decisión propia no por imposición”, agrega. Rafa Ávalos, responsable de Desarrollo Internacional en Wellness Telecom, lanza un consejo a quien quiera ir a México: “Quien busque sonrisas, encontrará sonrisas. Quien busque color, encontrará color. Quien no busque eso, mejor que se quede en el sofá viendo la tele”.

“En España el clima era pesimista”

RAÚL DEL RÍO Arquitecto
Raúl del Río, madrileño de 28 años llegó a México con una experiencia laboral de alrededor de dos años en arquitectura, “dominando el inglés y con un nivel medio alto de alemán”. Había estado de Erasmus en Viena (Austria) y aquí buscó un futuro profesional mejor. “Me encontraba trabajando en una empresa en Madrid en la que había gente realizando prácticas por periodos superiores a tres años. La verdad es que el clima era de absoluto pesimismo con lo que un día decidí mandar el curriculo a estudios de arquitectura que me interesaban especialmente, sin importarme el lugar donde estuviesen. A la semana tenía una oferta para venirme a México DF. Creo que nunca me arrepentiré de haber tomado esa decisión”, asegura. “He crecido profesionalmente mucho más de lo que lo podría haber hecho en España en la situación actual”, reconoce. Ha notado que cada vez más empresas están llegado a México y, con ellas, mucha gente de alrededor de 30 años.
El sistema laboral mexicano, matiza, “es bastante diferente al españo”. “Se trabajan más horas, no hay vacaciones durante el primer año, y ocho días a partir del segundo, hay mucho trabajo no regulado, (es decir sin contrato o falsos autónomos). Digamos que los derechos del trabajador son escasos, mientras que los de los empresarios son infinitos”. Aún así, su futuro “a medio plazo” está en México, “un país maravilloso, pero con fuertes contrastes”, resume.




domingo, 29 de septiembre de 2013

Españoles / Carta de una expatriada en Reino Unido



Carta de una 'expatriada' en Reino Unido

Antes un español era bien recibido y considerado un gran profesional y trabajador. Ahora no nos reciben con los brazos tan abiertos. No me gustaría desalentar a otros jóvenes preparados a seguir mi camino, pero sí darles a entender la responsabilidad que conlleva

PAULA MESTRE Madrid 14 ENE 2011 - 13:46  CET

Yo no soy una joven en crisis, como dice vuestro correo, mas bien soy una joven con suerte, con mucha suerte y también tengo que decirlo, con vista.
Llevo cinco años en el Reino Unido, primero en el sur y ahora bastante más al norte. Vine el 20 de Mayo del 2006 siguiendo un sueño y al ahora mi marido, también expatriado, ahora me planteo formar una familia bilingüe, mientras no pierdo de vista las noticias españolas.
A veces, me planteo volver, como todos los que estamos fuera, pero se me quitan las ganas rápido. Recuerdo mis primeros dos años de experiencia post-universitaria, allá por el 2004, y ya entonces me quejaba: sueldos bajos, pocas posibilidades de promoción, machismo laboral, horas extra no remuneradas, precios de vivienda desorbitados, paro juvenil, poco reconocimiento de experiencia. Tampoco es que el país haya cambiado mucho desde la crisis. Ahora solo es mas evidente. Yo solo tuve vista, como dije al principio, de verlo un poco antes.
Desgraciadamente lo que ha cambiado en estos años es la cantidad de expatriados. Antes nosotros eramos una excepción, ahora somos uno más. Y eso implica dificultades a la hora de encontrar empleo aquí también. Sobre las condiciones no hablamos, que aquí los empresarios son mas civilizados. Pero es verdad que ahora hay mas españoles trabajando en todo tipo de empresas y también bares, tiendas y hoteles. Algunos, muchos quiero creer, son profesionales que no han tenido oportunidades, otros están aquí por el efecto llamada que han creado programas como Españoles por el mundo. Y desgraciadamente, nos estamos creando mala fama.
Solo hay que leer algunos forums de Internet para entender que cada uno de nosotros los expatriados, somos embajadores de los que vendrán, y si no somos trabajadores, si intentamos vivir de ayudas del gobierno, si intentamos defraudar a la seguridad social (britanica o española), a los caseros/as, a los bancos u otras empresas de financiacion, a los empleadores o incluso a otros españoles. Estamos cerrando puertas a los que vengan detrás.
En mi opinion, eso ya se esta notando, antes un español era bien recibido y considerado un gran profesional y trabajador. Ahora no nos reciben con los brazos tan abiertos. No me gustaria desalentar a otros jovenes preparados a seguir mi camino, pero si darles a entender la responsabilidad que conlleva: no es tan facil encontrar trabajo, hay que trabajar duro para ser reconocido y tienes una obligacion para con tu país.



sábado, 28 de septiembre de 2013

Españoles / Menos samba y más paciencia


Menos samba y más paciencia

EXPATRIADOS POR LA CRISIS

La burocracia y el proteccionismo frenan las oportunidades que brinda el gigante suramericano



Esther Solano, profesora de la Universidad Federal de Sao Paulo. / BOSCO MARTÍN
Semifinal de la Copa Confederaciones entre Italia y España. En el bar que se ha convertido en sede del Real Madrid en Sao Paulo se hablaba español, español de Sevilla, de Galicia y de Cáceres. Pero los “buenos días” y el “vale, tío” también se escuchan en el centro financiero, en la universidad, en el metro, en la peña del Barça y en los bares de muchos de los barrios bien de la ciudad.
La idea de que Brasil es la puerta de Latinoamérica ha calado y, sobre todo en España, el segundo inversor en el país detrás de EE UU. Grandes empresas como Telefónica, Acciona o el Santander mantienen un volumen fundamental de su negocio y los pequeños empresarios han visto aquí, la séptima economía mundial, el lugar donde ganar dinero. Brasil es una nación de gente amable donde hay oportunidades para profesionales que en España trabajan detrás de una barra. Pero el país, que ha vendido muchos sueños aún por construir, es también un lugar proteccionista y burocrático. La palabra mágica aquí no es “samba” ni “caipirinha”, es “paciencia”. Y “dinero”.
A Brasil llegan cuatro tipos de expatriados y cerca del 90% son hombres, según la información que maneja el consulado de São Paulo y la Cámara Española de Comercio. El perfil más común es el del ejecutivo o directivo de grandes empresas españolas o multinacionales. “Tienen entre 40 y 45 años, vienen con la familia y suelen mantener un alto poder adquisitivo. Han aumentado mucho con la crisis. Algunos llegan aquí ante la perspectiva de perder su estatus en España”, explica Ricardo Martínez, cónsul de España en São Paulo, la ciudad que acoge a dos tercios de los españoles en el país —le siguen Río, Bahía y Porto Alegre—.
"Disponía de una situación económica buena, pero me interesaba la experiencia internacional que no había en mi currículo", cuenta Javier De La Plaza, director comercial de Latinoamérica de una importante empresa española. De La Plaza, de 41 años, llegó a Brasil hace cinco meses con su esposa y sus dos niñas de seis y ocho años. Con él, 70 personas para dirigir el creciente mercado latinoamericano que se controlaba desde Madrid. "La experiencia está siendo muy fuerte, la familia se une y disfrutamos de cosas juntos que antes no hacíamos".
También llegan jóvenes muy formados que no consiguen un empleo de su nivel en España: arquitectos, ingenieros, economistas, informáticos y hasta artistas. "Vienen en condiciones muy precarias. Son los verdaderos aventureros. Algunos tienen suerte y otros no", lamenta Martínez.
La suerte consiste en que una empresa les contrate y les tramite el visado de trabajo, una pesadilla burocrática que se alarga al menos cuatro meses y que invita a muchas compañías a renunciar al candidato. "En ingeniería existen oportunidades, pero casi todas se caen cuando sale la palabra 'visado'", lamenta Miren Izkue. Esperó siete meses por un permiso de residencia. Miren, ingeniera de caminos de 27 años de Pamplona, encaja en el perfil de aventurera con suerte. Llegó a São Paulo el año pasado chapurreando portuñol, con una maleta que no deshizo en meses y una lista de direcciones a las que acudir. Le costó casi un año que una empresa le abriese la puerta. Mientras, trabajó de camarera en un restaurante español. Aunque es difícil que el extranjero ocupe puestos de poca cualificación en Brasil -sobra mano de obra local y pagan regular-, Miren no era la única. Cuando dejó el restaurante, otra joven española recién llegada la sustituyó.

Brasil en corto

-Tasa de desempleo: 6,0%.
-Crecimiento del PIB previsto para 2013: 3,0%.
-Número de españoles: 97.897 (censo, julio 2013).
-Entre 2008 y 2013, ha habido un incremento del 41,04% en el número de españoles censados en Brasil.
-Toda empresa de más de 3 trabajadores debe asegurar que dos tercios de su personal sea brasileño. El Gobierno puede establecer excepciones por decreto.
- Para trabajar es necesaria una Tarjeta de Trabajo y Previsión Social para cuya obtención varían los requisitos en función de la duración del visado. Los visados pueden ser temporales y permanentes. Los temporales pueden extenderse hasta 4 años, y tras ese tiempo se puede solicitar uno permanente.
Ahora tiene un contrato de dos años con una de las empresas de ingeniería ambiental más importantes de Sao Paulo, gana 3.500 reales brutos (1.157 euros), la compañía invierte constantemente en su formación y, por fin, dispone de un armario propio en un dúplex donde vive con tres brasileños. "Estaba sola y sabía que todo iba a depender solo de mí. Eso me dio vértigo, pero me motivó", recuerda Miren.
Quien no tiene esa suerte vive ilegal. Consigue un trabajo fijo o freelance, pero cobra en negro. Aunque no existe una persecución al inmigrante 'sin papeles', sin visado no se puede salir y volver a entrar al país, ni abrir una cuenta en el banco, no se tiene acceso a la sanidad y hay que alquilar una casa o dar de alta el teléfono a través de otros. Así que algunos españoles aprovechan sus noviazgos con locales -o los inventan- para casarse y regularizar su situación. "Este es otro perfil, el que elige Brasil por su pareja y formaliza su relación para que su llegada sea menos complicada", explica el cónsul.
"Yo no tenía pensado casarme, pero era la manera de poder opositar", reconoce Esther Solano, 30 años y profesora de la Universidad Federal de São Paulo. Conoció a su actual marido brasileño en 2008, cursando un doctorado en Ciencias Sociales en la Complutense. "En 2009 él consiguió una beca coincidiendo con la expansión universitaria de Brasil. Estaban contratando a miles de profesores, así que decidí venir", cuenta en la azotea de su edificio.
Para presentarse a las oposiciones Esther necesitaba un visado permanente -que le dio su matrimonio-, la homologación de los títulos -uno de los principales escollos por los que reclama el Gobierno de España- y un buen portugués. "Lo que me pareció infernal fue la burocracia y el proceso de regularización", recuerda. Esther se convirtió así en funcionaria, da ocho horas semanales de clase y gana 8.400 reales al mes (casi 2.800 euros). Estudia las manifestaciones que están agitando el país desde junio.
La gran mayoría de los españoles en Brasil reconocerá que ha estado ilegal, como mínimo, unos días. Los hay que llevan años. El Gobierno ya ha anunciado que prepara cambios para facilitar la llegada de profesionales a Brasil, donde solo un 0,3% de su población es inmigrante -la media mundial está en el 3%-. Son aún medidas tímidas, como permitir trabajar al cónyuge del trabajador.
Otro perfil, menos numeroso, que aterriza aquí es el del pequeño empresario afectado por la crisis. "La mayoría no conoce bien el país. Estamos trabajando mucho para informar" explica el cónsul. "No se llega y se hace dinero, hay que venir con la idea de que uno va a pasar, por lo menos, seis meses gastando sin retorno".
Esa advertencia es la que hace el vitoriano David Gasull, de 37 años, a sus clientes, pequeñas y medianas empresas que quieren tener presencia en Brasil. La consultora que Gasull mantenía en España dejó de dar dinero y se mudó en 2009. "Mis inicios fueron en 30 metros cuadrados durmiendo con mi mujer y su hija en la misma cama". De los cinco países en los que ha vivido, Brasil es el que mejor le ha tratado, aunque no piensa lo mismo de Sao Paulo, una ciudad de 11 millones de habitantes, la más cara de Latinoamérica, según la consultora Mercer, y que sufre importantes problemas de circulación y seguridad.
Fernando Flores, informático madrileño, tenía un negocio de casas de lujo en Portugal antes de que explotase la burbuja. Llegó en 2011 para abrir la filial de T20, una de las agencias de marketing digital más importantes de España. El día de la entrevista, Flores llevaba 12 horas en la oficina y aún no había comido. "Mi dedicación aquí es el trabajo. Funcionamos por resultados". Gana un buen sueldo y tiene un desafío por delante difícil de encontrar en España a sus 52 años, dice. Pero haberse separado de su hija de 11 años está siendo lo más difícil. "A veces paseo y me imagino que la llevo agarrada de la mano, es lo más doloroso, me estoy perdiendo unos años muy importantes en su vida".
La postal que los españoles mandan desde Brasil no es la de samba, playas y un lugar para hacer dinero fácil. Pero sí es la de un país en el que, con paciencia, hay mucho por construir.



viernes, 27 de septiembre de 2013

Españoles / Oportunidades en Perú


ESPAÑOLES

Oportunidades en un país emergente

Los trabajadores españoles, la tercera fuerza laboral inmigrante en Perú, alaban la buena acogida que reciben en la pujante economía suramericana



Jacqueline Fowks, 16 de septiembre de 2013

  • Belén Muñoz, copropietaria de un restaurante en Miraflores (Lima). / J. F.
    Españoles y argentinos rivalizan por el tercer lugar como fuerza laboral inmigrante en Perú. Cada mes, llegan en promedio 350 españoles en calidad de trabajadores, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). 12.000 kilómetros de distancia con sus familiares que los entrevistados para este reportaje atenúan con el correo electrónico.
    “A diferencia de otros países, por lo general, en Perú reciben bien al extranjero que llega con una buena formación”, asegura Belén Muñoz Sánchez (30 años), copropietaria de un nuevo restaurant en Miraflores (Lima) y formada en administración de empresas en Esade, al igual que su socio español. Lleva un año y tres meses en la capital peruana. “El impacto cultural es grande porque la cultura y los ritmos son diferentes, nosotros somos más drásticos, bruscos, al comunicar. Y además, aquí dan muchos rodeos para expresarse. Ahora pido diferente las cosas”, explica.
    La empresaria, que renunció a su trabajo en Londres en una consultora, hace un balance positivo de su inversión, y ahora proyecta vender, en otro local, alimentos españoles y desarrollar una línea de catering. “La demanda está creciendo en Lima”, apunta.

    Perú, en corto

    - Tasa de desempleo: 6,8%
    - Crecimiento del PIB 2013: 6,2%
    - Número de españoles: 12.738 (censo, julio 2013)
    - Entre 2008 y 2013, ha habido un incremento del 7,61% en el número de españoles censados
    - La legislación peruana limita la participación de empleados extranjeros en una empresa o negocio hasta un tope del 20% del total de los trabajadores.
    - Si existe un contrato previo, al trabajador se le permite permanecer mientras dure el contrato.
    .Si se llega al país sin empleo y se quiere conseguir uno en Perú, hay que entrar con una visa de negocios.
    Muñoz describe los trámites migratorios como “tediosos”. Y de lo relativo a la apertura de un negocio empresarial destaca que la parte contable y tributaria es “un poco más complicada” que la española. “Perú está comenzando a emerger. Hay muchas cosas que se pueden montar. Prácticamente no hay lavanderías automáticas, falta infraestructura, se puede aprovechar la experiencia (española) de transporte no motorizado, no hay un buen lugar en internet de oferta inmobiliaria”, sugiere.
    El ingeniero industrial Carlos Adell (30 años) comparte la misma preocupación de Belén por la polución, el transporte y algunos “comportamientos cívicos”. Le ha costado adaptarse a la ausencia de reglas en las vías. “¡No puedo con cómo conducen! Pero ahora yo también conduzco así”, comenta con una risa nerviosa. La historiadora del arte María Luisa Muñoz-Cobo (37 años), que padeció también la ausencia de normas cuando conducía en Argelia, comenta: “Al volver a España, creo que me van a quitar el carné”. La madrileña es jefa de la oficina de proyección internacional del Museo de Arte de Lima.
    Hace dos años, antes de su vida en Lima, el ingeniero Adell colaboraba eventualmente con una empresa peruana formada por dos personas. Decidió irse de Barcelona cuando disminuyeron los encargos de su otro trabajo. Ahora es empleado de la compañía peruana que suma 140 trabajadores. Su contrato fue aprobado porque contribuyó en la tecnología de construcción para 3.500 casas en Ica, a unas seis horas de Lima en bus. Considera que los trámites migratorios son “pesados”, pero no necesitó un tramitador.
    “¿Un consejo para otros? Depende del rubro: es un país al que vale la pena venir. En ingeniería hay más demanda, pero los chefs lo tendrían complicado”, opina Adell.
    La inmigración ha creado tensión en dos colegios profesionales peruanos. Si un ingeniero o un arquitecto tiene que firmar una obra, debe homologar el título. Los colegios de ingenieros y de arquitectos del Perú han emitido pronunciamientos este año debido a que sus títulos peruanos no son reconocidos en España para firmar, y hay presión sobre ambos para validar los títulos extranjeros.
    Los españoles pueden obtener el carné de extranjería como trabajador dependiente, después de que el ministerio de Trabajo haya aprobado su contrato. Desde hace un año ya no es posible homologar un título para obtener la condición migratoria de profesional independiente: el último que pudo hacerlo fue el periodista Raúl Riebenbauer, quien dicta talleres de documental y de periodismo literario y ha publicado una nueva edición de su libro El silencio de Georg, la investigación periodística de un crimen de Estado.
    “Aunque los procesos migratorios son costosos y lentos, pienso qué diferente es nuestra llegada aquí, comparada con lo que se exige (a los peruanos) para la visa Schengen”, anota Riebenbauer. El periodista y la historiadora Muñoz-Cobo indicaron que cuando enviaron su currículo y pidieron citas por correo electrónico, la mayoría respondió y expresó interés. Una politóloga que prefirió reservar su nombre y llegó a Perú antes de que se declare la crisis en España, asegura que este año hay más presencia de españoles en los procesos de selección.
    El madrileño Raúl Castaño (33 años) estudiaba física e ingeniería técnica industrial. “Me encantan los números, pero en España todo lo dejaba a medias”, dice en un malecón de Miraflores, poco antes de entrar a una clase del curso de bar y coctelería en el Cordon Bleu de Lima. Castaño es también camarero en el restaurante Huaca Pucllana, uno de los más atractivos para los turistas en la capital.
    Llegó a Perú hace dos años con su pareja peruana, a quien conoció en Madrid hace seis. “Allá me cansé de la informalidad, en mi último trabajo no pagaban puntual y tenía cuentas que pagar. Si no era Perú, por la situación, me hubiera ido a otro país. Con diez años de experiencia como barman y seis en comida italiana, fue sencillo encontrar un empleo: ustedes son hospitalarios”, cuenta. “Estoy un poco agobiado y cansado, porque el único día de descanso tengo clases, pero el restaurante me ha ayudado mucho a entender a los peruanos y tengo ya un proyecto de negocio”, agrega.
    “Soy el más viejo en mi clase, pero mis compañeros me idolatran”, comenta entusiasmado, sin dejar de subrayar que, en su restaurante, algunos empleados “tienen más de 60 años y todos valoran su experiencia”. Al pedirle sugerencias para españoles que piensan migrar, afirma: “Que aprovechen las oportunidades de este fantástico momento. En tres años he visto cambios muy positivos en Perú”.


    jueves, 26 de septiembre de 2013

    Alejandra Arciniegas / Ballerinas Mariposa



    Alejandra Arciniegas
    BALLERINAS MARIPOSA
    Fotos de Triunfo Arciniegas

    Las ballerinas mariposa, la última línea de Trespies, no sólo son zapatos para bailar, como bien indica su nombre, sino para volar. No hay mariposa sin vuelo. 

    Con un diseño simple y bello, muy confortable, las ballerinas mariposa son zapatos para todo momento, para la calle y los salones, sencillos pero elegantes, elegantes pero nada ostentosos.

    Alejandra Arciniegas continúa, con tezón y fantasía, el trabajo del cuero: además de zapatos, elabora en su taller bolsos, morrales y correas. Los días apenas le alcanzan para concretar las ideas que llegan como caballos desbocados. Trespies es su marca, su manera de ser, su presencia en el mundo.

    Triunfo Arciniegas
    1 de octubre de 2013










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    miércoles, 25 de septiembre de 2013

    Homero Arce / La sombra de Neruda

    EN ISLA NEGRA. Arce, Neruda y su esposa Matilde Urrutia.
    EN ISLA NEGRA. Arce, Neruda y su esposa Matilde Urrutia.


    HOMERO ARCE

    La sombra de Neruda

    Homero Arce fue el asistente personal del Premio Nobel chileno. También, el hombre que le arrebató a una de las mujeres que más amó. Tras el perdón del poeta, se hicieron amigos inseparables. Ahora, la investigación judicial sobre la muerte de Neruda desempolvó su historia.

    POR CAROLINA ROJAS


    La mañana del 2 de febrero de 1977 en que Homero Arce salió de cobrar su jubilación de la Caja de Empleados Públicos de Santiago, no tuvo ningún presentimiento de que ese sería el último día de su vida. Quizás, iba pensando en su esposa y en ese atractivo que aún conservaba intacto a pesar del paso de los años. Su compañera por cuatro décadas tenía los ojos azules y la gracia de una actriz de cine.

    Cuando terminó de recibir el dinero, tal vez lo contó y lo guardó con esos gestos cansinos que lo caracterizaban y pensó que comería en casa y que luego darían paso a sus tardes de lecturas. Laura, su Laurita, cuanto adoraba leer; y él, cuanto la amaba a ella.

    Un empujón, y Homero se fue a negro y tal vez vio pasar su vida como en un microfilme, así dicen que sucede en los momentos de pavor. Tal vez fueron esos tipos de ojos ocultos tras las gafas modelo aviador –que acostumbraban llevar los agentes de la dictadura– y Arce pudo haber suplicado por su vida. Lo cierto es que lo subieron a un auto que arrancó sin que nadie pudiera hacer nada. Pasó lo que sucedía en ese tiempo. Los chilenos llevaban cuatro años aplastados a punta de desapariciones y torturas. A Homero lo golpearon hasta romperle la cabeza y hundirle el cráneo. Para sus cercanos, sus verdugos lo castigaron por ser el secretario y amigo de Neruda.

    A las cuatro de la tarde, Arce fue abandonado en la puerta de su casa agónico y con la frente teñida de sangre. Las profundas heridas que le hicieron fueron descubiertas por Laura mientras lo atendía y, probablemente, gritó desesperada. Homero murió cuatro días después en un humilde hospital de Santiago. Su certificado de defunción indica que falleció a las ocho y diez de la mañana. Tenía casi ochenta años y el regalo de haber conocido el universo del poeta.

    Un texto de la Sociedad de Escritores Chilenos (SECH) sobre los artistas asesinados en dictadura, documenta este hecho. Se aclara que su nombre ni siquiera es parte del Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Retigg). “Fuerzas represivas lo detuvieron en una repartición pública, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente y murió en el Hospital Barros Luco”. Y, aun cuando la Fundación Neruda no avala la tesis del asesinato del Premio Nobel, es en la propia revista Nerudiana –a cargo de la Institución– en un texto dedicado a Laura Arrué, donde se menciona la muerte del asistente literario. “Años después, amenazado en cuanto secretario de Neruda, Homero Arce muere en febrero de 1977 víctima de extrañas y nunca aclaradas circunstancias que llevan la marca del régimen militar”.

    Homero, moreno, rasgos indígenas, ojos negros y siempre vestido de impecables trajes, era reconocido por su timidez y sus sonetos precisos. Su esposa aseguró hasta el final de sus días que gran parte de la obra nerudiana lleva en sí la humanidad de Arce, su sello. “De su extraordinario amor por la poesía, de su alianza perpetua con su amigo Pablo y su obra”, confesó en una entrevista en el año 1979.

    Por estos días, la historia de Arce se desempolva, justo en medio de la investigación sobre la muerte de Pablo Neruda por las declaraciones del ex chofer del poeta, Manuel Araya. Tras años de silencio, confesó que fue secuestrado y torturado en el Estadio Nacional para que el vate quedara desprotegido en la Clínica Santa María. Araya declaró, además, que allí se le habría puesto una inyección al poeta que le causó la muerte. El caso saltó a la prensa internacional y el Partido Comunista de Chile actuó con una querella que abrió la investigación en manos del juez Mario Carroza. Hoy la indagación sigue su curso.

    El abogado de Derechos Humanos, Eduardo Contreras, que representa la parte querellante del caso, explica que en la muerte del poeta chileno pudo existir la participación de terceros y que una prueba de ello sería el asesinato de Arce y la cacería de brujas que se desató hacia al círculo más cercano de Neruda. Manuel Araya fue torturado y su hermano un desaparecido; Jaime Maturana, carpintero y chofer del poeta hasta 1971, estuvo en el centro de tortura Villa Grimaldi. “Homero Arce fue el hombre más cercano al vate, su secretario personal, el hombre que manejó su obra y cuidó sus originales. Su muerte prueba que el entorno de Neruda fue preso y torturado. (...) En 1973 en Chile dos personas eran las más influyentes en la opinión pública internacional, Pablo por sus méritos políticos, intelectuales y éticos. Muerto Allende, lo del Nobel fue apagar la segunda luz en el país”, esgrime para relacionar los hechos.

    El sonetista en las sombras

    Arce vivía en Iquique, el puerto chileno que en las primeras décadas del siglo XX vivió de la bonanza del salitre y fue una ciudad cosmopolita. En Santiago surgía la clase media y los aspirantes a las letras leían a Dostoievski y a Pushkin. Era 1925 y Homero llegó a la capital. En ese entonces, junto a su hermano Fenelón y otros amigos, ya conformaban una especie de cofradía de poetas. Crearon la revista Ariel que alcanzó sólo dos ediciones, pero en 1927 reapareció con el nombre Andarivel. Neftalí Reyes y Arce también coincidieron escribiendo en la revista Claridad. Fueron años de amistad férrea y formación literaria.

    En ese tiempo Arce y Neruda se encontraban en la Plaza de Armas de Santiago, en la que solían pasar las tardes, frente al edificio central de Correos donde trabajaba Homero como secretario general de dirección. También daban paso a las tertulias en los céntricos bares. Eran días en que el poeta no ganaba dinero y le pedía prestado a Homero; su amigo asentía como un padre putativo.

    En ese entonces, el vate ya tenía una musa: Laura Arrué, una chica pequeña y delicada de ojos claros. Era blanco de todas las miradas, por su parecido con la actriz Greta Garbo. Eso la hacía inalcanzable, menos para la labia de un poeta. A “Milala”, como la llamaba Neruda, le dedicó una de las composiciones de los Veinte Poemas de Amor. Arrué recién se había graduado de la Escuela Normal de Preceptoras N°1. En 1924, Neruda fue llamado a visitar el establecimiento. A Laura le correspondió entregar la invitación y llegó hasta la pensión en la calle Echaurren 330, donde el poeta vivía en una pieza. La pasión fue instantánea y el romance siguió a escondidas. La familia donde se hospedaba la pálida muchacha era conservadora y la vigilaban de cerca. Esa nueva conquista le dio al joven Pablo un nuevo respiro, comienza a vestirse mejor, se alimenta bien y leen mucho. Pero la historia dio un giro dramático.

    El poeta comenzó a ahogarse y a sentir los primeros escozores de su naturaleza viajera y aceptó el cargo de cónsul en Rangún, Birmania. Le dice a Laura que le escribirá todos los días; Arce debía entregar por mano las cartas para ocultar la relación a los celadores de la musa. El amor entre el vate y Laura creció, a distancia, como sólo puede aumentar un sentimiento sin los desgastes cotidianos de una relación. Neruda pensaba en ella y escribía, pero Homero ya se había enamorado en silencio de la mujer de su amigo. El poeta no recibió ni una sola respuesta de “Greta”. Sólo años después se enteró de la verdad.

    Arrué tampoco ve una línea, se desilusiona y allí estaban los brazos de Arce, un bálsamo para el dolor. Neruda no entiende tanta indiferencia y sólo se entera, a través de sus amigos, que Homero y su musa están juntos.

    Laura, ya casada con Homero, fue golpeada con la historia completa: su esposo había escondido cada una de las cartas, tomando al pie de la letra el conocido adagio “En el amor y la guerra todo se vale”. La sobrina de Arrué, Susana Sánchez, dirá en el libro Los amores de Neruda de Inés María Cardone, que cuando su tía descubrió las cartas en un entrepiso de su hogar, se deshizo de su alianza de matrimonio y lloró por esa impotencia que da una historia torcida.

    Por otra parte, cuando Neruda se enteró de la traición, ya ostentaba su cargo de senador y prefirió dar un paso al costado; aunque alguna vez le confesó a Laura que no fue fácil olvidarla. El final de la historia tomó un tinte lúgubre: Arrué murió en 1986, en un incendio. Algunos dicen que fue una vela que le prendía a un santo lo que comenzó todo. Al alzarse para apagar una estufa, el fuego le prendió el camisón. Nadie llegó a socorrerla. Un final trágico, como el de una actriz de cine.

    Una de las pocas testigos de esa historia es Alejandra Arce, sobrina nieta de Homero, quien heredó el amor por las letras y la poesía. Vive en Brasil, en la ciudad de Recife, como la mayoría de su familia repartida entre este país y California. En 1992 realizó su propia investigación sobre los sucesos que ocurrieron en su familia. Contactada por Ñ, comenta los episodios de esta historia. “Laura tuvo quemaduras de segundo y tercer grado, gritó desesperadamente, me imagino que mucha gente escuchó, incluso un huésped, y nadie hizo nada. (...) Tampoco fue investigada su muerte, que me parece macabra y siniestra. Su cuerpo quedó estampado en el suelo de su cuarto. Nadie supo darme ninguna información”.

    Lo poco que se sabe de Homero Arce es justamente lo que se conoce por su esposa. En el libro póstumo del corrector, Los libros y los viajes, recuerdos de Pablo Neruda(Editorial Nacimiento, 1980), Laura narra un poco de esta historia a modo de prólogo. “Conocí personalmente a Homero Arce Cabrera en el año 1928. Antes sabía de él por referencias de sus amigos, principalmente de Pablo. (…) Me presentó a todos sus amigos, menos a Homero. ¿Por qué? El tiempo se encargó de darme la respuesta...”, confesó.

    Alejandra Arce es hija de Fenelón, llamado así por su abuelo, y tiene el recuerdo vívido de su padre subido sobre una silla, después de alguna sobremesa, recitando el “Poema 20”. Tampoco se olvida de la confidencia que le revelaron cuando aún era una niña. “Este poema lo hizo Neruda para la tía Lalita, pero es un secreto, Alejandra”. Ella recuerda que imaginaba la soledad de quien lo escribió, ese hombre que contemplaba las estrellas. “El amor de Neruda por Laura fue intenso, grandioso. (...) Ella también amó a Homero y él la adoraba, el destino se encargó del resto de la historia de esta amistad sublime”, dice con tristeza.

    Alianza perpetua

    Desde que Homero Arce se jubiló en 1951, volcó su vida al trabajo de Neruda. El poeta no vivía sin las apreciaciones de su amigo, que encontraba tan certeras. En una entrevista en la revista Cal, de los años setenta, Laura Arrué relata esa relación de dependencia: “Fui testigo de que cuando Homero terminaba de copiar un poema o prosa, se lo pasaba a Pablo para que lo revisara y se pronunciara acerca de si estaba o no de acuerdo con los cambios que le había hecho. Pablo, molesto, le decía: ‘No me muestres nada: lo que tú haces siempre está bien’”.

    El cariño fue una cosa, pero también fueron importantes las ocasiones en que Neruda empujó a Homero a creer en sí mismo. En la publicación de Los íntimos metales de Arce, lleva las ilustraciones del poeta que además le escribió: “Me costó mucho arrancar, con un lento proceso de convicción, de tirabuzón, este rosario de amatistas que ya tenían el color invariable y el corte alquitranado de lo que, por verdadero y deslumbrante...”.

    Además, el libro El Arbol y Otras Hojas, de 1967, lleva sonetos dedicados al corrector por varios amigos. Neruda en “Esperando a un amigo en el Barrio Latino de París” (1965), le dice: “Homero, en la verdad de tu diamante, hay un fulgor de piedra y firmamento, porque tiene razón el caminante, cuando descubre el mundo en sus aposentos…”.

    Cuando Neruda asumió como embajador de Chile en Francia, durante el gobierno de la Unidad Popular, llamó a su amigo para que lo ayudara a hilvanar sus memorias. Arce cumplía su sueño, siempre había querido conocer París.

    “Ay hermano, como tú yo anduve/ por la más ancha latitud del mundo,/ toqué en la piedra el agua de la nube,/ toqué las manos del amor profundo”, dice Arce en su poema “El pozo”.

    Llega septiembre de 1973 y Pablo Neruda, en sus últimos días, dependía más que nunca de Homero, de su lealtad y de sus manos, para escribir. Terminaron Confieso que he vivido. Afuera, las balas, el río de sangre que era el Mapocho frente a la clínica Santa María. Cuando muere el poeta, no puede con la pena y sigue regalándole su trabajo, como bocanadas de aire que resucitarían a su amigo. Matilde Urrutia hizo el resto, termina de transcribir el libro con la ayuda del escritor venezolano Miguel Otero. Borra la existencia de Arce. “Los que la seguían y aún siguen a Matilde Urrutia me parecen fieles al comercio y no a la literatura. Olvidándose de los verdaderos amigos del vate, mutilan la verdadera historia literaria latina y universal”, sentencia Alejandra en su última respuesta.

    En 1977, el asistente literario da vuelta la página y se llena de impulso y le dice a su compañera. “Ahora voy a escribir mis propias cosas...”. El destino otra vez, Homero deja versos inconclusos. “¡Defiéndeme Laurita!”, fue su última súplica, aferrado al brazo de su esposa. Al final, quizás escuchó un soneto o la voz de Neruda y su saludo de costumbre con los brazos abiertos en cruz, “Dichoso los ojos que lo ven Homerito”, bebieron de la jarra en forma de bota y rieron, ahora, en otro lugar.


    martes, 24 de septiembre de 2013

    Pablo Neruda regresa a Santiago cuarenta años después de su muerte

    Los restos se encuentran en el patio de su vivienda, que se asemeja a un barco por su arquitectura y decoración, junto a los de su tercera esposa, Matilde Urrutia, fallecida en 1985. El propio Nobel había pedido ser sepultado frente al Pacífico: “Compañeros, enterradme en Isla Negra, / frente al mar que conozco, a cada área rugosa de piedras/ y de olas que mis ojos perdidos/ no volverán a ver...”, escribió en Canto General.
    MARTIN BERNETTI (AFP)

    Pablo Neruda tendrá su verdad

    El lunes comienza la exhumación de los restos del poeta chileno, fallecido en 1973

    Un equipo de forenses investigará si fue asesinado por los afines a Pinochet


    Rocío MontesSantiago de Chile 6 ABR 2013 - 00:51 CET







    Esta tarde, cuando la luz natural todavía ilumine el balneario de Isla Negra, a la orilla del Pacífico, a 100 kilómetros de Santiago de Chile, el juez Mario Carroza y doce peritos comenzarán a remover la tierra de la sepultura de Pablo Neruda. La exhumación, que arrancará mañana apenas amanezca, busca determinar, a 40 años de su muerte, el 23 de septiembre de 1973, si el Premio Nobel fue asesinado por la dictadura militar.
    La historia oficial señala que el escritor murió a causa de un cáncer de próstata, 12 días después del golpe de estado, en la clínica Santa María de la capital chilena. En 2011, sin embargo, su exchófer denunció en la revista mexicana Proceso que el régimen de Augusto Pinochet ordenó envenenarlo. “Después del 11 de septiembre, el poeta iba a exiliarse a México junto a su esposa Matilde. El plan era derrocar al tirano desde el extranjero en menos de tres meses. Le iba a pedir ayuda al mundo para echar a Pinochet. Pero antes de que tomara el avión, aprovechando que estaba ingresado en una clínica, le pusieron una inyección letal en el estómago”, explicó Manuel Araya Osorio a EL PAÍS.
    El Partido Comunista (PC), donde militaba el escritor, presentó de inmediato una querella para esclarecer las causas de su muerte y la justicia acogió la demanda. El juez Carroza, que ha liderado causas importantes de derechos humanos en Chile, abrió el caso en junio de 2011. Después de dos años de trabajo, en febrero pasado decidió que era necesario extraer el cuerpo. “Toda la investigación, por las contradicciones y dudas, avanzó hacia un punto en que la exhumación se hizo trascendental. La diligencia debería solucionar el caso”, dice el magistrado que en 2012 clarificó judicialmente que el presidente Salvador Allende se había suicidado en La Moneda.
    El cuerpo de Neruda fue enterrado en el Cementerio General de Santiago y, en 1992, fue trasladado a petición de su familia frente a su casa de Isla Negra, su favorita. Los restos se encuentran en el patio de su vivienda, que se asemeja a un barco por su arquitectura y decoración, junto a los de su tercera esposa, Matilde Urrutia, fallecida en 1985. El propio Nobel había pedido ser sepultado frente al Pacífico: “Compañeros, enterradme en Isla Negra, / frente al mar que conozco, a cada área rugosa de piedras/ y de olas que mis ojos perdidos/ no volverán a ver...”, escribió en Canto General.
    La lápida, según los trabajos de planimetría que el Servicio Médico Legal (SML) realizó en enero, se encuentra a 65 centímetros bajo tierra. El cuerpo está en una pequeña urna que, a su vez, se halla dentro de un ataúd. El director del SML, Patricio Bustos, que desde esta tarde coordinará a los equipos técnicos, explica que “afortunadamente no es un detenido desaparecido, por lo que existe material fotográfico y de vídeo que documentan el momento del entierro. Hay certeza de su identidad”.
    El médico indica que, por una parte, los especialistas pretenden esclarecer si Neruda padecía cáncer cuando falleció en la clínica. “Pero también intentaremos responder a las preguntas que nos realiza el magistrado Carroza: ¿La enfermedad es la única causa de muerte? ¿Intervino alguien a través de sustancias químicas, tóxicas u otros elementos? Y para eso están trabajando toxicólogos, genetistas, bioquímicos y médicos”, señala.
    Bustos indica que no solamente se concentrarán en buscar veneno sino también la presencia de un medicamento que haya sido mal utilizado y provocado efectos colaterales en el cuerpo de Neruda. El médico reconoce que el proceso será complejo por el estado en que se encuentren los restos después de 40 años y, sobre todo, “por las dificultades para obtener antecedentes sobre la enfermedad del Premio Nobel, como biopsias, protocolos de tratamiento, diagnósticos y fichas clínicas”.
    El equipo que trabajará en la exhumación está compuesto por cuatro expertos del SML, cuatro peritos de la Universidad de Chile y cuatro peritos internacionales, entre los que se hallan tres españoles: Guillermo Repetto, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla; Aurelio Luna, de la Universidad de Murcia; y Francisco Etxeberría, de la Universidad del País Vasco, que asesora desde 2007 a sus colegas chilenos en diferentes causas de derechos humanos. “No tengo ninguna hipótesis de partida”, señaló Etxeberría a Efe.
    Esta tarde se instalará una carpa en Isla Negra, para asegurar la privacidad de la diligencia, y comenzará la remoción de tierra. Mañana, a las ocho de la mañana en Chile, se sacará la lápida y se recuperará la urna. El juez, los 12 peritos, el abogado del PC y un sobrino y un sobrino-nieto de Neruda estarán presentes en el proceso. Tres observadores internacionales, entre las que se encuentra la española Mercedes Salado, del Equipo Argentino de Antropología Forense, darán garantías de imparcialidad.
    La urna será trasladada de inmediato a un laboratorio del SML en Santiago, que tendrá clave de acceso de seguridad. Los especialistas, antes de abrirla, la escanearán con rayos X. Después de los registros fotográficos y audiovisuales y de los análisis antropológicos y médicos, los técnicos harán una selección de muestras que podrían enviarse a laboratorios de Chile y del extranjero. De acuerdo con Bustos, una de las alternativas sería llevarlos a Sevilla. El juez Carroza no tiene claro cuándo podrá tener los primeros resultados para esclarecer el caso Neruda. El magistrado sabe que tiene una responsabilidad enorme en sus manos: “Neruda, al igual que Allende, es un chileno reconocido en el mundo entero”.

    Trabajadores dentro de la tumba del poeta y premio nobel de literatura, Pablo Neruda.
    HANDOUT (REUTERS)

    Neruda regresa a Santiago 

    40 años después de su muerte


    La exhumación de los restos del Premio Nobel chileno finaliza con éxito en Isla Negra


    Rocío MontesSantiago de Chile 8 ABR 2013 - 15:52 CET

    Un equipo de forenses trabaja en la exhumación de los restos de Neruda.
    FELIPE TRUEBA  (EFE)
    Los restos del escritor Pablo Neruda, fallecido el 23 de septiembre de 1973, se encuentran desde la mañana de este lunes en el Servicio Médico Legal (SML) de Santiago de Chile, después del proceso de exhumación que se ejecutó en una hora y dieciocho minutos en la localidad de Isla Negra, a 100 kilómetros de la capital. “La diligencia se ha ejecutado con éxito y en poco tiempo gracias a las condiciones en que se encontraba la urna”, ha señalado el juez Mario Carroza, que investiga si el Premio Nobel fue asesinado por la dictadura.
    La versión oficial, aceptada en Chile y en el resto del mundo, indicaba que Neruda había muerto en la clínica Santa María de Santiago a causa de un cáncer de próstata. En 2011, sin embargo, su exchófer y empleado de confianza, Manuel Araya Osorio, denunció que el escritor había sido envenenado por la dictadura de Augusto Pinochet mientras estaba ingresado en el hospital. El Partido Comunista, donde Neruda militaba, interpuso una querella y la Justicia abrió una investigación. El magistrado Carroza, por las contradicciones y dudas que permanecían abiertas después de dos años de trabajo, en febrero pasado determinó realizar la exhumación.
    La diligencia comenzó a las 8,15 horas de este lunes en Chile con la presencia del juez, doce especialistas chilenos y extranjeros y familiares del autor. Los trabajos se realizaron dentro de una carpa, para resguardar la privacidad, mientras una orquesta sinfónica local interpretaba canciones de los cantautores chilenos Víctor Jara y Violeta Parra.
    Los restos de Neruda y los de su tercera esposa, Matilde Urrutia, se encontraban enterrados en el patio de la casa favorita del poeta, a orillas del Pacífico, que actualmente es un museo. La lápida estaba a 65 centímetros de la superficie y el cuerpo en una pequeña caja que, a su vez, se hallaba dentro de un ataúd. El director del SML, Patricio Bustos, ha explicado que se extrajo la urna completa y que eso permitió que los familiares pudiesen estar cinco minutos a solas con el féretro.
    El sobrino de Neruda, Rodolfo Reyes, ha indicado que el proceso “fue emocionante y estuvo acorde a la dignidad del tío”. El exchófer de Neruda también llegó hasta Isla Negra: “Estoy orgulloso de haber llegado a esta instancia (de la exhumación), porque nunca lo imaginé. Sigue siendo difícil y algo muy duro”, ha indicado Manuel Araya.
    La familia, sin embargo, ha manifestado en reiteradas oportunidades que Neruda no fue asesinado por el régimen militar. “La dictadura no tuvo nada que ver. Esta mancha, que quedará en la historia de quienes la han construido, independiente del resultado, va a costar sacársela de encima”, dijo a CNN-Chile el sobrino-nieto del escritor, Bernardo Reyes, sobre el proceso de exhumación del cuerpo.
    La urna salió de Isla Negra envuelta en una bandera chilena y actualmente permanece en un laboratorio del SML en Santiago, que tiene clave de acceso de seguridad. Los especialistas, antes de abrirla, la escanearon con rayos X. Después de los registros fotográficos y audiovisuales, y de los análisis antropológicos y médicos, los técnicos harán una selección de muestras que podrían enviarse a laboratorios de Chile y del extranjero. Este proceso, según el experto español Francisco Etxeberría, de la Universidad del País Vasco, podría tardarse una semana. “A partir de eso veremos qué dirección toma la investigación, que podría tardar meses”, ha explicado.
    Pablo Neruda

    Y si el poeta se hubiera ido andando

    Neruda creía (como Alberti) que vivir eternamente consistía en seguir hablando con el mar




    El poeta tenía una llave para abrir la casa. Cuando la buscaba en la arena traía consigo el océano, su vecino. "No había donde ponerlo". Por eso, ese vecino "tan grande, desordenado y azul que no cabía en ninguna parte" fue a quedarse "frente a mi ventana" en Isla Negra. Hasta que él mismo se fue, tristemente, por la vereda de la muerte, donde ahora buscan la causa de su despedida.
    Llenó la casa de trampas, menos para el Océano. "El hombre en el Océano se disuelve como un ramo de sal". Se pertrechó adentro con botellas raras y con mascarones terribles, con colecciones absurdas, y con su voz. Su voz era la trampa con la que obsequiaba a los amigos desconocidos y a los famosos; era su guitarra la voz, pero había dentro, en los poemas más lejanos, ecos de su imposible regreso a Cautín. La trampa era para que no conocieran su melancolía. El hombre que viajó para permanecer siempre en el mismo lugar, su memoria, la de Cautín, la de Isla Negra.
    El océano era su lágrima innumerable; pero no lo dijo. Dijo sobre el océano: "Allí la semilla no se entierra ni la cáscara se corrompe: el agua es esperma y ovario, revolución cristalina". Desde esa ventana miraba cómo llegaban a la casa el escritorio y la bruma. Estaba muy lejos, por ejemplo en Tenerife, donde recaló antes de irle a dar su respaldo a Salvador Allende, y únicamente tenía en la mente ese vaivén del mar. Por eso caminaba como un barco viejo. Hacia Isla Negra. A Cautín.
    Cuando estás en esa casa donde ahora él es la luz secreta y misteriosa dentro de una carpa en la que científicos dilucidan si lo mató algo más que la tristeza, entiendes que la soledad de hombre que no volvió a Cautín, su pueblo, estaba oculta bajo los sargazos de sus colecciones; él simulaba mirar lo que venía en las manos innumerables del océano ("tablones carcomidos, bolas de vidrio verde o flotadores de corcho, fragmentos de botella ennoblecidos por el oleaje, detritus de cangrejos, caracolas, lapas, objetos devorados, envejecidos por la presión y la insistencia"), pero en realidad lo que aguardaba en algún instante de ese regocijo que le procuraba el mar era la noticia de la inmortalidad.

    Acaso esta investigación calme la furia del viento del mar
    Esperando esa noticia se cubrió de objetos. Es inevitable, en Isla Negra, ir olvidando tanto recodo, tanta cama marina, tanta mesa de luces, tanta hojarasca, para buscar al fin al hombre que ha de morir. Él creía (como Rafael Alberti) que vivir eternamente consistía en seguir hablando, conversando con el mar o con los hombres, esperar que una dama de blanco y en volandas se lo llevara a otro sitio, donde la conversación fluyera como el regocijo de un niño.
    Él lo decía, moriré cantando. En ese libro en el que resume lo que le venía del mar (Una casa en la arena, Lumen, 1966, fotos de Sergio Larraín) está pletórico, como si volviera a Los versos del Capitán,alrededor la inmortalidad pervive; sin embargo, años más tarde, en 1973 y hasta ahora mismo, a esa casa la convirtieron en un velero triste. Ya la proa, la popa, el casco mismo han recibido los embates que el mismo fotógrafo Larraín y también el fotógrafo Luis Poirot (Retratar la ausencia,Comunidad de Madrid, 1987) plasmaron más tarde: Neruda yendo o viniendo al océano, apoyado en el bastón y también en la tierra, como si aquel barco que él fue se estuviera hundiendo ante su propia vista. Ya el océano era una sombra de su despedida, él viajaba como hacia sí mismo, ni rastro ya de entusiasmo en su pelea.

    Murió de tristeza

    Murió de tristeza, se dijo entonces, se dice ahora mientras rebuscan los científicos los restos que hablan ante el estímulo de las agujas. Lo envenenaron, quizá; en estos días en que la carpa luminosa sustituye al oleaje que él amó, en medio de la superficie que llenó de ruido para escuchar mejor su silencio, los doctores aspiran a que Neruda, ese cuerpo, les cuente de veras qué pasó, hasta donde entró el hacha del odio, si es que fue así, cómo fue que aquel hombre que aspiraba a morir cantando se fuera tan triste a esa tumba en la que ahora rebuscan su penúltima pena.
    Los miro hacer desde la distancia. Vuelvo a la casa en Isla Negra. "Cada uno envejece a su manera y el ancla se sostiene en la soledad como en su nave, con dignidad. Apenas si se le va notando en los brazos el hierro deshojado". Hasta donde penetró la navaja no se sabe, y parece que no importa demasiado. Certificar la crueldad con que la dictadura le tachó la alegría es una tarea que honra a los hombres y a la ciencia, pero aquella ignominia ya no tiene ni siquiera el remedio del olvido. "En el invierno el viento del mar desata furia, sal, espuma de las grandes olas, y la naturaleza aparece acongojada, víctima de una fuerza terrible".
    Acaso esta investigación calme la furia del viento del mar, la ignominiosa noticia de que al poeta lo mataron con los hachazos tristes del odio, y que un puñal venenoso fue el último eslabón de su martirio.
    Y si el poeta se hubiera ido andando.