martes, 3 de septiembre de 2013

Leonardo da Vinci / La cosa amada



Leonardo da Vinci
LA COSA AMADA
[Extractos de los extractos publicados por Edmundo Solmi en Leonardo da Vinci, Frammenti letterari o filosofici (G. Barbera editore, Florencia, 1900).]

¿Cuál es la cosa que cesaría de existir si se la pudiera definir? El infinito, que sería finito si pudiera ser definido. Porque definir es limitar la cosa definida con otra que la circunscribe en sus extremos, de modo que lo que no tiene términos no puede ser definido.


La parte tiende a reunirse con su todo para huir de su imperfección. El alma desea permanecer unida al cuerpo, porque, sin los instrumentos orgánicos del cuerpo, no puede obrar ni sentir.


La cosa amada atrae al amante como lo sensible al sentido, hasta que se unen en un solo objeto. La obra es lo primero que nace de esa unión. Si la cosa amada es vil, el amante se torna vil. Cuando la unión conviene al que la realiza, resulta para él deleite, placer, satisfacción. Cuando el amante se une a la cosa amada, reposa en ella.


El mal que no me perjudica es como el bien que no me aprovecha.


No reneguemos del pasado.


Las amenazas sólo son armas para el amenazado.


Quien no castiga el mal, ordena que se haga.


Todo nuestro conocimiento nos viene de las sensaciones.


Nuestra mente abandonada a sí misma nos engaña.- No hay cosa que nos engañe más que nuestro juicio.


Como el hierro, por falta de ejercicio, se cubre de herrumbre, y el agua se corrompe o se hiela por la misma causa, así el ingenio, sin ejercicio, se deteriora.


No quiero excluir de estos preceptos un nuevo invento de especulación, que, aunque parezca pequeño y casi risible, es de gran utilidad para encaminar el ingenio hacia varias concepciones. Helo aquí: si observas algún muro lleno de sucias manchas o en el que se destacan piedras de diversas sustancias, y si te propones idear un paisaje, podrás ver ahí, sobre ese muro, las imágenes de distintos países, ornados de montañas, ríos, peñascos, árboles, llanuras, grandes valles y cuellos de múltiples formas; aún podrás ver ahí numerosas figuras de batallas y de rápidas acciones, extraños aspectos de rostros y actitudes, y otras infinitas cosas que podrás integrar en formas de arte. Y te parecerá que, al contemplar sobre el muro tal mezcla de cosas imaginarias, te ocurre lo mismo que cuando oyes un sonido de campanas, y te entretienes en fantasear nombres y vocablos correspondientes a cada toque.


¡Pobre discípulo el que no deja atrás a su maestro!




[Del Bestiario:]


Dragón.- Van enlazados unos con otros formando a manera de zarzas, y pasan los pantanos nadando con la cabeza levantada, en busca de mejor postura. Si no se unieran de ese modo, perecerían ahogados: modelo de concordia.


Tarántula.- La mordedura de la tarántula mantiene al hombre en la disposición de espíritu en que se hallaba cuando fue mordido.


Lumerpa.- Nace en el Asia Menor. Su cuerpo es tan resplandeciente que no proyecta sombra. No pierde su luz después de muerto. Jamás se le caen las plumas, y si una se le arranca, deja ésta de resplandecer.


Pelícano.- Siente un gran amor por sus hijos; si los encuentra en el nido, muertos por una serpiente, se hiere en el corazón y bañándolos en una lluvia de sangre, les devuelve la vida.


Perdiz.- Se convierte de hembra en macho y se olvida de su sexo primitivo; roba entonces por envidia los huevos a las otras aves, pero los pichones siguen a la verdadera madre.


Grulla.- Temiendo que su rey perezca por falta de vigilancia, las grullas lo rodean de noche, sosteniendo una piedra en una garra a fin de que si el sueño las vence, el ruido que haría la piedra al caer las despierte. Amor, temor y reverencia: escribe estas palabras sobre tres piedras de grulla.


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