sábado, 3 de agosto de 2013

Asesinos / Las lágrimas de cocodrilo del payaso asesino

Policía y Edgar Javier Bello Murillo, "Payaso"

Salud Hernández

El 'Payaso' asesino

El Tiempo |

Salud Hernández-Mora

Cuando escuché derramar al tal 'Payaso' sus lágrimas no percibí en sus lamentos arrepentimiento sincero por la existencia que extinguió.

Cuando escuché derramar al tal ‘Payaso’ sus lágrimas de cocodrilo en la entrevista con RCN Televisión, en lugar de conmoverme me dio rabia. Ahora lamenta haber matado al gringo porque le aguardan varios decenios en USA, lejos de los suyos. ¿Por qué no lo pensó cuando apuñalaron a un inocente? ¿Acaso le importa segar vidas por plata? Si tanto le preocupó, ¿por qué no corrió a entregarse?
No percibí en sus lamentos arrepentimiento sincero por la existencia que extinguió o por la joven viuda; solo preocupación por su futuro sombrío.

La banda

No sabemos cuántos ‘paseos millonarios’ hizo con su banda ni a cuántas personas estuvieron a punto de liquidar porque se resistieron. Hay que ser muy desalmado, muy hp, para sacar un cuchillo y clavarle cuatro puñaladas a un ser indefenso hasta matarlo por puro capricho.
Él y sus secuaces merecen pasarse la vida en prisión por secuestradores y asesinos, y seguro que eso solo ocurrirá si van presos a Estados Unidos. Además, es un mensaje contundente para el resto de falsos taxistas que delinquen: quien la haga la pagará muy duro.
Con todo y aunque sería justo que a ese ‘Payaso’ le apliquen una condena que compense en algo el mal que hizo, la extradición no es la salida.
El crimen lo cometió en Colombia y, antes que al fallecido, secuestraron a varios colombianos por el mismo procedimiento. El ‘paseo millonario’ se tipifica como secuestro, por lo que tendrían que aplicarles penas altas.

La banda

Además, por mucho que suponga un aviso para otros delincuentes el recordarles lo que les puede ocurrir si atracan al ciudadano “equivocado”, un país no puede seguir declinando su responsabilidad judicial solo por ser consciente de que su justicia hace aguas por todos lados y no da garantías suficientes a la ciudadanía.
Es más, si cualquier víctima del mismo delito supiera que en su caso actuarían con idéntica eficacia y que se llevarían a la banda completa para el norte, se multiplicarían las denuncias. Porque, por desgracia, señalar en un juicio como testigo a un delincuente entraña riesgos porque pueden vengarse, y existe el peligro de que queden libres por el sistema acusatorio, diseñado para favorecer bandidos. Pero ni siquiera ese argumento es válido.
Si este país es un desastre es por culpa de todos, unos por acción y otros por complacencia y pasividad, pero no podemos seguir buscando niñeras externas para que nos solucionen nuestras infinitas carencias.
Los acuerdos de extradición son necesarios, pero aquí se abusa al enviar a miles de supuestos delincuentes cuando se trata de una figura jurídica que solo debería aplicarse con carácter excepcional. Incluso, deberían revisar la remisión de grandes capos, que salen frescos en pocos años por oscuros acuerdos con la justicia norteamericana, cuando aquí cometieron atrocidades con total impunidad.
‘Payaso’ y los otros deben cumplir en Colombia su pena, ojalá que larga, no porque nos hayamos tragado su cuento lastimero de que nadie podrá visitarlo en Norteamérica, sino porque mató en Bogotá, por preservarle sus derechos de ciudadano colombiano (los tiene por muy asesino que sea) y porque, como país, debemos responsabilizarnos de nuestras propias manzanas podridas.
NOTA. Cada vez se evidencia más la participación de las Farc en el paro del Catatumbo. Si los líderes de la protesta fueran meros campesinos, no permitirían que atropellaran a la población de Tibú con métodos terroristas.
Salud Hernández-Mora


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