domingo, 4 de agosto de 2013

Correa sabía que a Chávez le quedaban pocos meses de vida

Correa sabía que a Chávez le quedaban pocos meses de vida

El presidente de Ecuador dice que Fidel Castro le avisó de la gravedad del estado del venezolano

Correa ha recordado los últimos meses de vida de Chávez en una entrevista con el canal Telesur




Chávez, Correa y Morales, en Zumbahua (Ecuador) en 2007. / REUTERS
El segundo día de la semana conmemorativa del natalicio de Hugo Chávez aterrizó en Caracas el presidente de Ecuador, Rafael Correa, para revisar el estado de la relación bilateral con su homólogo Nicolás Maduro. Correa fue uno de los primeros que apreció las punzadas que le impedían al líder bolivariano caminar con normalidad antes de ser diagnosticado con cáncer. De ese y otros recuerdos habló el mandatario ecuatoriano en una entrevista con el canal Telesur.
A falta de una información precisa sobre la localización exacta del tumor, los trascendidos y las confesiones inesperadas se han convertido en la guía para elaborar un relato que trascienda la parca versión oficial. La involuntaria contribución de Correa a la causa no ha sido nada despreciable. “Fidel Castro me advirtió que a Hugo Chávez le quedaban pocos meses de vida”, confesó el mandatario ecuatoriano. Y agregó: “Me dijo que el asunto era muy grave y que tenía muy pocos meses de vida. Por eso tuvimos que prepararnos emocionalmente para un golpe tan duro”.
Esa conversación ocurrió en La Habana el 10 de diciembre, pocas horas antes de que el comandante entrara por cuarta vez al quirófano, el 11 de diciembre. A Correa le pidieron discreción y así fue hasta este lunes. Su declaración ayuda a establecer la gravedad de un padecimiento que los voceros del gobierno bolivariano, con Nicolás Maduro a la cabeza, se empeñaron en disimular durante sus tres últimos meses de vida.
Esta última revelación se suma a otras surgidas en los últimos meses. Dos días después del deceso el general José Ornella, jefe de la guardia presidencial, desveló a la agencia AP que Chávez había fallecido de un infarto y que hasta último momento se mantuvo aferrado a la vida. “Casi no podía hablar, pero lo dijo moviendo los labios. ‘Yo no quiero morir, por favor, no me dejen morir”. Recientemente también el ministro de información Ernesto Villegas contó en otra entrevista con CNN en Español que Chávez ideó un sistema para comunicarse con su familia, y que luego de enviar un mensaje en su cuenta de Twitter @chavezcandanga al regresar de La Habana, el 18 de febrero, no volvió a comunicarse más.
Esas pequeñas anécdotas también cuestionan el optimismo que mostraban los jerarcas del gobierno. Una semana antes de morir Chávez, por ejemplo, Maduro contó que se había reunido durante cinco horas con él para recibir instrucciones. El día de Navidad de 2012 el sucesor designado dijo que el presidente estaba caminando y haciendo ejercicios de recuperación. Además expresó que Chávez compartía con sus familiares e incluso bromeaba. “Me pidió que me comiera solo media hallaca”, contó, en referencia el plato típico venezolano de la época. La idea era demostrar que Chávez estaba en pleno uso de sus facultades para asumir su tercer mandato el 10 de enero de 2013. Ahora parece claro que era imposible que jurara.



LATIN AMERICA

Correa says he knew that Chávez had “little time left” as early as December

Fidel Castro told the Ecuadorian leader that the Venezuelan president was terminally ill



Hugo Chávez y Rafael Correa

Ecuadorian President Rafael Correa revealed on Monday that former Cuban president Fidel Castro told him in early December that Venezuelan President Hugo Chávez had only a few months to live.
“He told me that the situation was very serious and that he only had a few months left to live,” Correa said in an interview with the Telesur news network on the occasion of what would have been the 59th birthday of the late Chávez. “That is why we had to prepare ourselves emotionally for this difficult blow.”
Chávez died on March 5 following a nearly two-year illness with cancer. Correa said that Castro had told him about Chávez’s condition in Havana in early December, the day before the Venezuelan leader was to undergo his fourth and final operation for cancer.
He recalled he spoke with Chávez, whom he described as being in good spirits and looking healthy and radiant. But Castro then told him otherwise.

That is why we had to prepare ourselves emotionally for this difficult blow.”
Correa was told to be discreet about Chávez’s condition, and he did so until Monday’s interview with the television network that was founded by Chávez. The Ecuadorian president’s recollection of what happened in early December greatly contrasts with the Venezuelan government’s own version that Chávez was fully recovering in Havana and was governing the country from his hospital bed in the weeks leading to his death.
It also adds to an early version of Chávez’s last days offered by the head of his presidential guard and a close confident, José Ornella, who told AP two days after the Venezuelan leader’s death that he could hardly speak and only moved his lips. “I don’t want to die, please don’t let me die,” Ornella said that Chávez told him.
Recently, in an interview with Spanish language channel of CNN, Venezuelan Information Minister Ernesto Villegas said that Chávez came up with a way to communicate with his family and after sending a message to the Venezuelan people on February 18 on his Twitter account, he could not communicate further.
These small recollections question the optimism that Venezuelan government officials had at the time. President Nicolás Maduro, then Chávez’s vice president, said weeks before Chávez died that he had met with the Venezuelan leader for five hours straight to receive instructions.
 On Christmas Day last year, Maduro told the nation that Chávez was walking and performing exercises as part of his recovery, and was sharing the holidays with his family.
“He told me to eat just a half of a hallaca,” joked then the burly Maduro about a typical Christmas plate.
The Venezuelan government’s strategy at the time was trying to demonstrate that Chávez was mentally and physically capable of being sworn in for his third term on January 10, 2013 – a ceremony that never took place.


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