miércoles, 30 de septiembre de 2015

Benhur Sánchez / Tiempos de miseria


Benhur Sánchez
TIEMPOS DE MISERIA

Estoy esperando que pasen estos tiempos de miseria, quiero decir de elecciones, para que algunos de mis amigos se liberen de compromisos y vuelvan al afecto por el hombre, al amor por la literatura, al comentario del buen libro leído, al sosiego de la buena conversación, al comentario inteligente o a la envalentonada necesaria pero justa. 
Para que seamos humanos. Para que dejemos esas máscaras que no nos quedan bien, así sepamos que algunos las usan sólo por la supervivencia, que no cambian para nada nuestros más íntimos deseos y conocimientos.
Que pasen, y ojalá sea rápido, estos tiempos de la ofensa, del insulto y del saludo hipócrita por una X en un tarjetón que irá a parar a la basura. Como irán a parar también tantas expectativas por una mejor vida en esta tierra.
Al fin de cuentas ya sabemos que aquellos que tomarán las riendas del carro de la historia son los mismos que ya tomaron las riendas de la historia durante años y la denigraron, la barrieron torpemente con sus acciones de delincuentes con corbata, camioneta de lujo y mansión en barrios exclusivos. 
Ya sabemos, al fin de cuentas, que son los mismos que se enriquecieron detrás de sus sonrisas suficientes y ahora eructan bienestar, canas y estómago prominente para seguir de nuevo pelechando sin dignidad el camino de la gloria.
Que pasen estos tiempos en que hemos visto morir el juego de las ideas para dar paso a los negocios lucrativos por el poder, la transacción de los avales políticos, las alianzas de los avivatos, los contratos de los farsantes y esos manojos de billetes que no se sabe de dónde provienen pero los iluminan.
Que pase el espectáculo de los falsos bienhechores, de los limosneros que no dan nada y los pordioseros que no reciben sino mendrugos.
Que pasen estos días. Todos estos días pasen lo más pronto posible. Que pase todo lo que nos hiere y hace miserables, que pase como el viento que nos hace sentir como seres que vivimos un mundo extraño de importancias pasajeras y pactos efímeros. 
Que pasen estos días de feria y cupos como pago, bultos de cemento para edificar proyectos inexistentes o inconclusos, tamales que no mitigan el hambre ni eliminan la ignorancia; que pasen como ha de pasar la sequía que, como un castigo bíblico, agrega una sed más a estos tiempos de miseria.
Que vuelva el momento de la placidez, de la conversación sensata, de los proyectos que algún día servirán para dignificar al hombre en el imperio del arte y la cultura.
Que pasen estas jornadas deprimentes para no volver a estrechar una mano deshonesta sino recibir a cambio, en toda su plenitud, la sonrisa del amigo.

El Nuevo Día
Ibagué, 30 de septiembre de 2015

Benhur Sánchez / Cosas de casa



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