Tom Sharpe |
Tom Sharpe
MUERTE Y APLAUSOS
Había un humorista muy popular en Inglaterra que entre otras bromas tenía en su repertorio una que consistía en hacer magia y que siempre le saliera mal. Era muy divertido. Un día, en el escenario, se agarró el corazón, se movió dos o tres veces y cayó al suelo. La gente aplaudió hasta darse cuenta de que había muerto de verdad. Es una buena muerte. Muy poca gente consigue aplausos después de muerto.
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