martes, 11 de marzo de 2014

Julian Opie / Figuras


Julian Opie
FIGURAS

El artista británico (Londres, 1958) se ha hecho internacionalmente conocido gracias a su estilo minimalista de formas muy simples, casi simbólicas, que se apoyan en criptogramas. La representación de caras se reduce a algunas superficies y trazos negros, el color sólo se introduce de forma plana, tal y como lo hace un programa gráfico. Sus representaciones de personas y paisajes están basadas en fotografías que él ha trabajado previamente en el ordenador. A finales de 1990 dio principio a este enfoque minimalista de la representación figurativa que ha ido desarrollando hasta llegar a la perfección. Pequeñas diferencias en la posición de las cejas o los ojos, formados por puntos redondos de color negro, cambian el aspecto de la persona representada. Aunque existen muchas series de estos retratos, éstos mantienen un carácter individual. Las imágenes creadas con el ordenador se plasman sobre distintos materiales que sirven de soporte, como vidrio, plástico o papel, y algunas veces como fragmentos de vinilo o Impresiones C. Paralelamente, se crearon películas de corta duración que ponían en movimiento figuras, a menudo reducidas hasta convertirlas en simples líneas negras, como si fuesen monigotes. Se muestran sobre grandes pantallas de cristal líquido o LCD, o mediante diodos emisores de luz o LED. Opie desarrolló otro planteamiento interesante en el campo de creación paisajística. Sobre la pantalla se ven las formas de un paisaje montañoso con un lago: el agua se mueve ligeramente mientras que el resto de los elementos de la imagen permanecen inmóviles.
Lo cierto es que, contradictoriamente, los rostros de la mayoría de sus retratos se reducen a las líneas imprescindibles en lo que algunos han llamado posminimalismo. Opie se defiende y comenta que se inspira en la señalética, en los logos. Todos somos símbolos de otras cosas, de la humanidad, justifica el artista.
Es uno de los artistas que más vende en Arco, aunque Julian Opie dedica sus ganancias a comprar obras de arte que le sirven de inspiración para sus proyectos, piezas que más tarde vende en ferias y así hasta que se canse de dibujar un día, algo poco probable porque asegura que lo hace desde que tenía 11 años porque es la manera más fiel de reproducir su visión del mundo.Aunque no creo que tenga un mensaje que difundir, no me interesa la comunicación cuando estoy elaborando una pieza. No pienso en el espectador si no en adecuar mi estilo para que funcione, para que salga lo mejor posible.





































File:Gateshead Millennium Bridge - geograph.org.uk - 1244794.jpg

Dublin, 2008


sábado, 8 de marzo de 2014

Mark Rothko / Campos de color


Mark Rothko
CAMPOS DE COLOR

31 octubre de 2012
Mark Rothko, uno de los grandes artistas plásticos del siglo XX, y mi pintor favorito, nació en Letonia (1903-1970), aunque vivió gran parte de su vida en Estados Unidos.  Fue una de las figuras más destacadas del expresionismo abstracto americano de los años 40, junto a Barnett Newman y Jackson Pollock. 
Sus cuadros, ofrecen siempre la temática de los campos de color, dispuestos normalmente de manera horizontal, en número de dos, tres o cuatro, habitualmente sobre un fondo de otro color.  Rectángulos de grandes formatos confrontados de colores y con bordes desdibujados por veladuras.  Nuestra primera impresión puede ser la de encontrarnos frente a simples cuadrados de colores que hubieran podido ser realizados por cualquier aficionado. Sin embargo, son pocos los que saben que a Mark Rothko le tomó cerca de 20 años llegar a ese nivel de abstracción.
La intención del artista era que el espectador participara de una experiencia mística, de ahí los grandes formatos de los cuadros.  Rothko dotaba  a su obra de un sentido religioso.  A Rothko sólo le interesaba expresar las emociones.  La obra de arte tiene entonces un sentido de búsqueda del propio yo, de invitar a la reflexión y a la introspección.  Según sus propias palabras “expresar las emociones humanas más elementales.  La tragedia, el éxtasis,  la fatalidad del destino…” 
Las obras de Mark Rothko son hipnotizadoras y seductoras, y plasman su ideal de que la pintura debe ser “la expresión simple de una idea compleja”; esa es, justamente, la clave de la oscuridad que envuelve tanto a su obra como a su vida. 
Al principio su obra tenía colores más llamativos y positivos, vivos y brillantes, como el rojo, el amarillo, verde…, sin embargo al final de su vida, sus cuadros estaban plagados de tonalidades oscuras, como el verde, violeta, marrón y sobre todo los negros.  Este cambio en la paleta de colores se asocia al estado depresivo del artista que le llevó al suicidio. 
 Centro blanco (Amarillo, Rosa y Lavanda sobre Rosa), puesto en venta por Rockefeller, fue subastada en Sotheby´s por 72,8 millones de dólares.
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