Julio Cortázar
Carol Dunlop
LOS AUTONAUTAS DE LA COSMOPISTA
Sobre la creación del libro
¿Qué es ‘Los autonautas de la cosmopista’?
En palabras de Carol Dunlop, “una linda locura”. Ella y Julio viajaron de París a Marsella en una camioneta Volkswagen y escribieron un libro sobre la experiencia. Cada día se detenían en el primer aparcamiento que encontraban “tomándoles el pelo a los antiguos exploradores, y gozando de la ironía de tomar el camino más rápido y más ‘civilisado’ para hacer un viaje realmente de tortugas”.
¿Por qué lanzarse a la carretera?
Carol y Julio estaban enfermos. El médico del escritor se mostraba reacio a que dejara su domicilio en París, pero la experiencia de sus viajes a Guatemala había sido excepcional. “Hace años que no había visto a Julio tan bien”, escribe Carol Dunlop. En unas vacaciones en Marsella, fue ella quien tuvo que ser ingresada en el hospital. Tras su recuperación, la pareja invirtió seis días en llegar a París en automóvil para que Carol no se desgastara en esas condiciones. Fue en esos días cuando planearon hacer el camino contrario: por autopista, pero a la velocidad del caracol.
¿Cuánto duró la aventura?
Del 23 de mayo al 26 de junio de 1982. La pareja tuvo que modificar su idea de detenerse cada día en cada aparcamiento de la autopista, ya que había 66 y disponían de poco más de un mes para su viaje. Finalmente, decidieron recorrer dos zonas de descanso por día. En diez días, habían recorrido 140 kilómetros. ¡A 14 kilómetros por día!
¿Qué sintieron durante el viaje?
“Lo más impresionante es tal vez que desde el segundo dí, encontramos tan normal vivir así (...). Vamos descubriendo cada vez más la otra autopista, esa misteriosa y secreta vía paralela en donde al final es un poco ‘todos los parkings el parking’”, escribe Carol Dunlop tomando prestado el estilo de Cortázar. La mujer de Cortázar –se habían casado un mes antes– no puede ocultar el entusiasmo de vivir como dos náufragos en el asfalto: “Estamos felices, locos, hemos por fin entrado en un espacio que nos da tiempo. Es todo escritura, música, lectura, erotismo”. También menciona a los amigos que se acercan para llevarles provisiones como si fueran dos expedicionarios en una peligrosa misión.
¿Cuándo terminó el viaje?
A finales de junio, Carol y Dunlop regresaban a París. Les esperaba un año lleno de planes laborales; entre otros, la publicación de ‘Los autonautas de la cosmopista’. “Julio me prometió que el 83 será un año sabático”, escribe Dunlop, que no llegó a vivirlo, ya que murió en noviembre de 1982. Julio Cortázar falleció dos años más tarde.
Reseña
LOS AUTONAUTAS DE LA COSMOPISTA
¿Qué es ‘Los autonautas de la cosmopista’?
En palabras de Carol Dunlop, “una linda locura”. Ella y Julio viajaron de París a Marsella en una camioneta Volkswagen y escribieron un libro sobre la experiencia. Cada día se detenían en el primer aparcamiento que encontraban “tomándoles el pelo a los antiguos exploradores, y gozando de la ironía de tomar el camino más rápido y más ‘civilisado’ para hacer un viaje realmente de tortugas”.
¿Por qué lanzarse a la carretera?
Carol y Julio estaban enfermos. El médico del escritor se mostraba reacio a que dejara su domicilio en París, pero la experiencia de sus viajes a Guatemala había sido excepcional. “Hace años que no había visto a Julio tan bien”, escribe Carol Dunlop. En unas vacaciones en Marsella, fue ella quien tuvo que ser ingresada en el hospital. Tras su recuperación, la pareja invirtió seis días en llegar a París en automóvil para que Carol no se desgastara en esas condiciones. Fue en esos días cuando planearon hacer el camino contrario: por autopista, pero a la velocidad del caracol.
¿Cuánto duró la aventura?
Del 23 de mayo al 26 de junio de 1982. La pareja tuvo que modificar su idea de detenerse cada día en cada aparcamiento de la autopista, ya que había 66 y disponían de poco más de un mes para su viaje. Finalmente, decidieron recorrer dos zonas de descanso por día. En diez días, habían recorrido 140 kilómetros. ¡A 14 kilómetros por día!
¿Qué sintieron durante el viaje?
“Lo más impresionante es tal vez que desde el segundo dí, encontramos tan normal vivir así (...). Vamos descubriendo cada vez más la otra autopista, esa misteriosa y secreta vía paralela en donde al final es un poco ‘todos los parkings el parking’”, escribe Carol Dunlop tomando prestado el estilo de Cortázar. La mujer de Cortázar –se habían casado un mes antes– no puede ocultar el entusiasmo de vivir como dos náufragos en el asfalto: “Estamos felices, locos, hemos por fin entrado en un espacio que nos da tiempo. Es todo escritura, música, lectura, erotismo”. También menciona a los amigos que se acercan para llevarles provisiones como si fueran dos expedicionarios en una peligrosa misión.
¿Cuándo terminó el viaje?
A finales de junio, Carol y Dunlop regresaban a París. Les esperaba un año lleno de planes laborales; entre otros, la publicación de ‘Los autonautas de la cosmopista’. “Julio me prometió que el 83 será un año sabático”, escribe Dunlop, que no llegó a vivirlo, ya que murió en noviembre de 1982. Julio Cortázar falleció dos años más tarde.
Reseña
LOS AUTONAUTAS DE LA COSMOPISTA
13/09/2009
Parece que he cogido carrerilla con Julio. En reseñas digo. Los Autonautas de la cosmopista es un pequeño deleite de páginas a modo de bitácora de un original, sorprendente y mágico viaje a trabes de todas las áreas de servicio de la autopista entre París y Marsella.
Si, un viaje por las áreas de servicio de una autopista, solo la idea ya es impresionante, pero si la llevan acabo Julius y Carol, y encima lo hacen libro, la cosa es simplemente extraordinaria. El libro es un gran juego. Se divide en pequeños capítulos encabezados por un Diario de ruta, donde se especifica el horario del día y los acontecimientos: Desayuno-partida-donde se paran-clima-comida-otra partida-sucesos-cena. Cada pequeño capitulo corresponde a un área de servicio, y en cada uno se incluye un dibujo del área de servicio, fotografías echas por ellos y textos escritos por Julio o por Carol.
El viaje duro 33 días. 33 días en una autopista es algo extraordinario, y más en 1982. Julio y Carol conducían a Fafner una furgoneta Volkswaguen modelo T2A de color rojo.
Como ya he dicho el libro es un gran juego, esta lleno de fotografías de Julio y de Carol, fotografías de Fafner, fotografías de camiones, de gasolineras, de piedras, de bancos, de paisajes, en definitiva, de todo tipo de cosas que les llamaran la atención por un motivo u otro. Hay una famosísima fotografía que corre por la red de Julio bromeando con un cono en la cabeza, pertenece a este libro. Impagables las numerosísimas fotografías de Julius escribiendo a maquina. Los textos que acompañan los capítulos, y que son realmente el libro, son de lo más variado, recuerdos infantiles, cartas de Carol a su hijo, y en la mayoría las aventuras y reflexiones de Julio sobre la experiencia en tiempo real en la autopista, una gozada.
Si leísteis una entrada anterior en la que hablaba de un librito de cartas de Julio, Carol y Silvia, sabréis que Carol murió en 1982. Este libro esta editado en 1983. Carol murió a los pocos meses de hacer el viaje, y en el libro Julio incluye un epilogo sobrecogedor a modo de final.
Un libro impresionante.
Si, un viaje por las áreas de servicio de una autopista, solo la idea ya es impresionante, pero si la llevan acabo Julius y Carol, y encima lo hacen libro, la cosa es simplemente extraordinaria. El libro es un gran juego. Se divide en pequeños capítulos encabezados por un Diario de ruta, donde se especifica el horario del día y los acontecimientos: Desayuno-partida-donde se paran-clima-comida-otra partida-sucesos-cena. Cada pequeño capitulo corresponde a un área de servicio, y en cada uno se incluye un dibujo del área de servicio, fotografías echas por ellos y textos escritos por Julio o por Carol.
El viaje duro 33 días. 33 días en una autopista es algo extraordinario, y más en 1982. Julio y Carol conducían a Fafner una furgoneta Volkswaguen modelo T2A de color rojo.
Como ya he dicho el libro es un gran juego, esta lleno de fotografías de Julio y de Carol, fotografías de Fafner, fotografías de camiones, de gasolineras, de piedras, de bancos, de paisajes, en definitiva, de todo tipo de cosas que les llamaran la atención por un motivo u otro. Hay una famosísima fotografía que corre por la red de Julio bromeando con un cono en la cabeza, pertenece a este libro. Impagables las numerosísimas fotografías de Julius escribiendo a maquina. Los textos que acompañan los capítulos, y que son realmente el libro, son de lo más variado, recuerdos infantiles, cartas de Carol a su hijo, y en la mayoría las aventuras y reflexiones de Julio sobre la experiencia en tiempo real en la autopista, una gozada.
Si leísteis una entrada anterior en la que hablaba de un librito de cartas de Julio, Carol y Silvia, sabréis que Carol murió en 1982. Este libro esta editado en 1983. Carol murió a los pocos meses de hacer el viaje, y en el libro Julio incluye un epilogo sobrecogedor a modo de final.
Un libro impresionante.
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