lunes, 11 de abril de 2011

Piscis / El lado oscuro


PISCIS

Piscis es un signo paradójico y de difícil contacto con  la realidad social que nos envuelve y limita. Simbólicamente, en él se diluye el Ego, y, por tanto, valores espirituales como la confluencia compasiva, el altruismo, el servicio a los demás y la falta de ambición material tienen en Piscis su lugar. La ausencia de estos valores en su vida cotidiana y la tristeza profunda que ello le provoca, hace que Piscis sea uno de los signos más habituales en todo tipo de terapias o actividades de crecimiento personal. También es cierto que muchos se extravían en las ciénagas del poder y la superstición y que fácilmente acaban en adicciones farmacológicas o emocionales que los hunden cíclicamente en etapas de honda depresión y soledad. Sea cual sea el extravío vivencial que sufre Piscis, estas etapas de profunda soledad le dan la oportunidad de tocar su fondo arquetípico desde donde poder entender su esencial actitud de servicio amoroso que palia el sufrimiento de las luchas del Ego mientras se forma y se transforma.
Una vez que Piscis entiende esto le importa menos cristalizar su Ego social alrededor del mundo de la política, de la religión, de los desheredados o de la propia familia. La paz interior de Piscis está en aliviar las heridas de las guerras del Ego de esta cultura competitiva y cruel, aceptando esa realidad compasivamente. Cuando Piscis entiende esto desde su más profunda soledad, con ayuda terapéutica o sin ella, algo se encaja para siempre en el corazón de este signo. En general, a  Piscis le resulta muy útil explicarle todo esto en el lenguaje simbólico que mejor entienda y acompañarlo en la travesía del desierto de su soledad, de su temor a sí mismo, a su propia trascendencia natural. Bien es verdad que el camino de Piscis a menudo no parece encontrarse en este mundo. Sin embargo, el desierto tiene sus propias sendas y cuando Piscis las encuentra ve crecer la hierba bajo sus cósmicos pies.






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